Encontré esta caja en la calle. Estaba frente a un taller mecánico. La habían tirado. Debían usarla para guardar pequeñas piezas de repuestos,  en la madera tenía escrito: bujías, relés...

Nada más verla, allí solita y despreciada, me vino a la mente una caja grande de costura donde guardar mis ovillos de lana y utensilios de punto y crochet.

Es un cajón grande de madera con separadores  en el interior. La madera estaba bastante sucia y arañada.  Debió de tener en algún momento ruedas o patas, y un tirador en la tapa, ya que tenía los agujeros para colocarlos hechos, pero no los conservaba. 

  Hace ya tiempo que la decoré, más de un año. En ese momento no se me ocurrió hacer fotos del antes, ains.  Aun así, quiero mostraros el después de mi costurero vintage. 
Imaginaros una caja de madera sucia y pintarrajeada y ¡ya está!

Después de lijar y quitar toda la mugre y arañazos, le di una capa de gesso.

Está pintada con acrílicas, en decapé blando roto sobre marrón oscuro.  El interior esta pintado en dos tonos de azul, también con decapé.

Las imágenes vintage y las letras,  están hechas con transfer, las flores con decoupage.

También le puse unos troqueles pintados y decorados.

Aproveché los agujeros  que ya tenía hechos y puse unas pequeñas patas, para levantarlo un poco y darle más aspecto de mueble, y un tirador de cerámica en la tapa. Las patas, también las pinté y decapé.

Para terminar le apliqué una capa de cera mezclada con betún de judea.

Hace tiempo que lo tengo en uso, con mis ovillos a buen recaudo.